Cuántas veces nos hemos hecho esta pregunta, cuando padecemos alguna dolencia que afecta a nuestro aparato locomotor. ¡¿Cómo puede ser que los especialistas pueden decir los días exactos que un futbolista, un tenista o un deportista de élite va a estar de baja, si a lo mejor tú llevas con un “simple” tirón muscular meses o un esguince crónico años?!
Y la respuesta del especialista es sencilla, “para el deportista de élite, recuperarse es su trabajo”. Por supuesto hay que sumar el estado físico de los deportistas de gran nivel, con una musculatura y una preparación por encima de la media del resto de personas.
Según la Encuesta de Hábitos Deportivos 2017 del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, más de la mitad de la población de 15 años en adelante practicó deporte semanalmente en el último año.
Expertos internacionales reunidos en el XVI Simposio Internacional Clínica CEMTRO sobre Avances y Actualizaciones en Traumatología y Ortopedia, han asegurado que el paciente común que sufre una lesión debería ser tratado con los mismos protocolos de tratamiento que se aplican al deportista de élite.
«También es cierto que no todos podemos invertir el mismo tiempo ni tenemos los mismos medios que los deportistas de élite, por los que a veces la recuperación no puede ser tan rápida», ha dicho la jefa de la Unidad de Pie y Tobillo de Clínica CEMTRO, Isabel Guillén.
De hecho, durante mucho tiempo se ha pensado que el protocolo de tratamiento fijado para un deportista de élite no podía ser igual que el de un paciente común, sin embargo, los expertos en Medicina y Traumatología del deporte han recalcado que la diferencia no debe establecerse en si se trata de un deportista de élite o no, sino en las cualidades físicas y psicológicas de cada persona.
La recuperación tras una lesión comprende tres facetas: la recuperación biológica, la recuperación funcional y la recuperación psicológica.
En el paciente común el protocolo que se suele seguir es realizar la recuperación biológica en un primer tiempo, inmovilizando al paciente, y en una segunda fase llevar a cabo la recuperación funcional en la que se trabaja la musculatura y el arco de movilidad, y la reparación mental.
Sin embargo, los expertos han matizado hay que tratar al mismo tiempo y no de forma consecutiva, ya que de esta manera se acortan los plazos de recuperación y se previenen los problemas secundarios derivados de la inmovilización y del reposo mantenido durante mucho tiempo.
Algo que sí que se hace en los deportistas de élite, motivo por el cual ellos se recuperan antes que las personas tratadas con los protocolos habituales o estándar.
En concreto, estos protocolos se consiguen acortar, en términos globales, un 30 por ciento el tiempo de recuperación, aunque esto varía dependiendo de la persona, del tipo de deporte, así como de los medios diagnósticos y de tratamiento a su alcance.
En esas tres etapas de la recuperación de una lesión, cada vez son más los especialistas que incorporan al tratamiento la toma de nutracéuticos, compuestos elaborados con componentes naturales, que han demostrado que la toma en la dosis posológicas adecuadas, previenen y /o acompañan en la mejora de dolencias del aparato locomotor incluso en la fase de recuperación psicológica.
No hay dudas sobre la eficacia de los nutracéuticos, el peligro está en la adquisición de los mismos, ya que los laboratorios deben proporcionar garantía en la producción, no sólo para evitar fraudes, sino para beneficiarse de la calidad vida que proporcionan.